10.9.17

TERRENO INMUNE ANTES DEL OTOÑO. Opinión y recomendaciones

 Prólogo 

Hay dos realidades que solemos olvidar, como si las ventajas de una sociedad de bienestar pudiera hacerse cargo de ellas. Y no es así, por mucho que algunos científicos y políticos nos prometan que ellos nos lo resolverán todo.

La primera es que la naturaleza humana no puede desligarse del curso y leyes de la naturaleza global.

La segunda es que la salud es responsabilidad propia, de cada persona con sus particularidades, lo que incluye el conocimiento de uno mismo, la investigación de los medios que tenga a su alcance para mejorar su bienestar y la elección propia de los métodos que necesita para restablecerse, sin menospreciar el consejo y recomendaciones de los profesionales de la salud.

En este articulo hago especial énfasis en la primera realidad, valorando la importancia de los terrenos en la salud, ya que estos (como en la naturaleza) tienen requerimientos propios en cada persona, o al menos en cada tendencia de su fisiología. Y expongo alimentos, complementos y métodos que favorecen la salud del terreno, específicamente en el elemento tierra (así llama el Tao al final del verano y principios del otoño, como si fuera una estación por si misma) y que es de vital importancia para preparar la salud ante los cambios que surgen en el otoño, específicamente en la inmunidad.

El próximo artículo será sobre el propio otoño.

Con todo mi respeto a todas las perspectivas sobre la salud y desde mi libertad de expresión, espero que sea de su interés.

Un cordial saludo.

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Louis Pasteur, químico y microbiólogo, defendió la teoría de que las enfermedades las producen los microorganismos (bacterias, arqueas, protozoos, hongos y virus), alterando el funcionamiento de los órganos y los tejidos. Claude Bernard, físiologo y amigo de Pasteur, defendía que "la enfermedad se produce por un estado defectuoso o débil del terreno”.

Más allá de su beneficiosa contribución a la ciencia, Luis Pasteur en su lecho de muerte reconoció que Claude Bernard tenia razón. Ahí nace la siguiente afirmación: "El microbio es nada, el terreno es todo"

El terreno al que se refiere Bernard es a la materia que compone o contiene un órgano, un conjunto de órganos, o un sistema del cuerpo.

La teoría de los 5 elementos nacida en los tiempos taoístas, así como el Ayurveda y otras tradiciones son afines a esta afirmación.

Cientos de investigaciones científicas actuales corroboran que la acidificación u otras alteraciones en la salud de un terreno puede originar, precursar y agravar cualquier patología.

Así mismo, la PNI (psiconeuroendocrinoinmunología) actual defiende la interrelación que existe entre los diferentes terrenos y sistemas, de forma que lo que sucede en un terreno o sistema afecta a todos los terrenos o sistemas del cuerpo, incluida la psique. Por ejemplo, la influencia del miedo o la tristeza sobre la inmunidad, la influencia de la actividad enzimática del terreno digestivo sobre el terreno circulatorio, el respiratorio, y otras influencias. Hay un largo etcétera de ejemplos.

Por tanto, podríamos comprender que la salud depende de múltiples influencias con un denominador común: la estabilidad de los terrenos o sistemas. O dicho de otra forma, una homeóstasis (mecanismo para restablecer el equilibrio) saludable ante los desequilibrios que se puedan producir.

En cuanto a la inmunidad, el cuerpo dispone de su propio arsenal para defenderse de cualquier ataque: macrófagos, linfocitos t y b, etc. La capacidad y calidad en realizar su tarea, amén de enfermedades congénitas, requerirá en todo caso de que el terreno inmune esté bien sostenido y que los otros terrenos y sistemas no sean contrarios a su equilibrio o bienestar.

Para ello, como sucede con todos los seres vivos, necesitamos que el ambiente externo e interno sea adecuado. ¿Cómo sobrevive una planta en medio de un espacio contaminado, o sin luz adecuada, o sin una tierra adecuada para su sustento? ¿Cómo sobrevive un pez con un agua contaminada, sin la temperatura idónea para él o sin el plasma, plantas marinas u otros peces que necesite para alimentarse adecuadamente? No somos distintos a ellos en ese sentido. La arrogancia nos hace pensar que somos independientes de la naturaleza.

Basándome en las afirmaciones de Bernard y de lo expuesto, interpreto que lo importante está en la calidad del terreno inmune ante cualquier agresión externa. De hecho, los 40 billones de microbios que habitan en el cuerpo pueden llegar pesar 2 kilos. La calidad del terreno es lo que les establece sus límites y evita la agresión de lo que ya existe en nuestro interior, así como de lo nuevo que entre.

Por tanto, nuestro sistema inmune necesita:

1. Una alimentación adecuada. Dieta mediterránea o de otras culturas que sean exentas de ultra-preparados, grasas saturadas, azúcares y harinas refinadas, etc. Ya que la calidad de los nutrientes es imprescindible para la obtención de la energía necesaria (Qí) y de la obtención de los biocatalizadores presentes en los alimentos. 

2. Abundar en los alimentos de la estación, consumiendo fruta y verdura no manipuladas y de la temporada, así como conocer cuales y en que forma consumirlos según nuestra naturaleza particular (Más friolero, caluroso, sudoroso, hipotenso, hipertenso, etc).

3. Observar y mantener adecuadamente las excreciones: orina, heces, sudor, exhalación. Ya que una deficiente eliminación es sinónimo de una mayor acidificación.

4. Gestión adecuada del estrés, sin excusas,  ya que éste genera cortisol y otras sustancias debilitantes que rompen la homeostasis.

5. Tonificar el Wei Qi (primera Energia defensiva que circula entre la piel y los músculos) a través de prácticas saludables como senderismo, tai chi, yoga, o aquello que con una participación física nos lleve a un grado de bienestar. 

6. Nuestra alimentación, prácticas saludables y gestión del estrés realizadas en Septiembre y en la primera quincena de Octubre (aproximadamente, o cuando se asiente definitivamente el otoño) son vitales para tener una inmunidad estable en otoño. Se trata de "mejor prevenir que curar". Y en este sentido preventivo, el de preparar el terreno antes de que aparezcan los desafíos del otoño, le relaciono unas recomendaciones para Septiembre y primera quincena de Octubre que facilitarán una mejor capacidad homeostática en el otoño:

*Alimentos:

*Para personas muy frioleras: Remolacha, Acelga, Calabaza, Hinojo, Puerro. Perejil, Jengibre, Canela, Sésamo, Huevo. Granada, Uva, Coco, Higo.

*Para personas frioleras que sufren la humedad: Puerro, Rábano, Hinojo. Caqui, Pomelo. Alfalfa germinada, Jengibre, Nueces, Canela.

*Para personas calurosas: Remolacha, Acelga, Berenjena, Calabacín. Tomate, Aguacate, Pepino. Membrillo, Caqui, Cítricos, Pera. Huevo, Maíz, Menta, Yogurt.

*Para personas calurosas que sufren con la humedad: Acelga, Puerro, Apio, Hinojo. Algas, Alfalfa germinada. Maíz, Huevos. Pera, Papaya. Canela, Cardamomo.

*Alimentos especiales:

MIJO. Para todas las tendencias. Cereal más importante en estos meses. 

CENTENO. Para todas las tendencias, y aún más si hay calor o calor humedad. Muy recomendable para personas con vida sedentaria, es depurativo de la sangre y favorece la elasticidad de vasos sanguíneos.

UMEBOSHI. Para todas las tendencias. Alimento importante. Ciruela fermentada que tiene sus orígenes en el siglo VII en Japón. Descongestiona el hígado y la vesícula biliar, ayuda en el estreñimiento, en las diarreas, y en las digestiones pesadas. Restablecedor del equilibrio entre los distintos órganos del cuerpo, neutraliza los excesos de yin y de yang, favorece el drenaje de mucosidades y ácido láctico en hígado, riñones y pulmones y reduce la proliferación de infecciones bacteriológicas.

TAMARI-SHOYU. Para todas las tendencias. Fermentación de la soja y el trigo. Es recomendable su uso diario por su equilibrada cantidad de aminoácidos y proteínas, y que debido a la fermentación lo convierte en un alimento muy parecido a la sangre humana. Ayuda al sistema digestivo a absorber otro tipo de proteínas, ayuda a destruir microorganismos dañinos, inhibidor de la contaminación y ayuda a superar la fatiga del cuerpo.

GOMASIO. Para todas las tendencias. Con prudencia si hay hipertensión. Sésamo tostado con un 5% al 7% de sal marina, triturados. Favorece la secreción de los jugos digestivos, estimula el metabolismo, fortifica el sistema nervioso, regenerador intestinal y favorece al equilibrio alcalino.

AGAR-AGAR. Para todas las tendencias. Conjunto de algas muy digestivo y que ayuda a la evacuación intestinal. Muy pocas calorías, saciante, rehidratante, y muy rico en minerales. 

TE VERDE BACHA. Para todas las tendencias, y aún más si hay tendencia al calor y calor humedad. Te de tres años. Digestivo, estimulante y defatigante por su capacidad alcalinizadora. Ligeramente más yin que yang.

TOFU. Para todas las tendencias. Aporte proteico procedente de la soja, totalmente asimilable. Su antigüedad data del siglo II Ac.

*Complementos: 

ALGA CHLORELLA. Favorece la curación en todo el tracto gastrointestinal. Detoxificante de metales pesados

BIFIDOBACTERIAS. Purificadoras y regeneradoras de la flora intestinal. Participan en distintas funciones favorables de la homeostasis de cada terreno.

COL FERMENTADA.  Nutre a las bacterias digestivas benéficas. Alcalinizante.

FRUCTOOLIGOSACARIDOS:  Disminuye los niveles de azúcar en sangre. Ayuda a regular el estreñimiento y la diarrea. Dificulta la adhesión bacteriana.

JALEA REAL.  Incrementa la absorción de nutrientes. Nutre el QI.

AGARICUS BLAZEI. Inmunomodulador, antimutagénico, antitumoral, hipocolesteromiante, hipoglucemiante, antibacteriano.


Javier Durán

NATURÓPATA




IMPORTANTE:

Esta opinión y estas recomendaciones no sustituyen la prescripción o/y la visita a su médico, ni aquellas medidas que formen parte de las normativas sanitarias. Por favor, antes de tomar lo que recomiendo, consulte a su médico o terapeuta en caso de estar siendo tratado y estar tomando medicamentos u otros complementos alimenticios.