MAYO, 2017
Caminando
contigo, aprendo de ti.
Caminando
contigo, escucho con ternura las palabras que nacen del ego porque están
condicionadas al sufrimiento, escucho con alegría las palabras que no juzgan ni
aferran porque nacen del Ser.
Caminando
contigo, recuerdo que mi maestro es mi refugio porque me facilita mantener mi Conciencia
en una vibración más elevada y compartirla contigo.
Caminando
contigo, empatizo con tus dificultades porque yo también las he vivido o las
vivo y refuerza mi humildad.
Caminando
contigo, también lo puedes decir y hacer tú.
Siento la
respiración y al exhalar voy calmando y aflojando mi cuerpo, a continuación
sereno mi mente. Así, comienzo a percibir desde mi espacio interno, el que
observa sin juzgar y desde el cual puedo conectar con un estado más real y estable
en mí mismo, un estado en el que las sensaciones no están tan condicionadas a
los argumentos que genera mi mente egoica, un estado en el que puedo estar caminando
contigo.
Javier
Durán
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